Introducción
Este cántico ha sido escrito en lo más oscuro del campo de concentración, en medio de una terrible epidemia de tifus, en el invierno de 1943. Sin embargo, es un gran canto de júbilo y gratitud por la fecundidad que Dios le está regalando a Schoenstatt, el jardín de Dios.
Oración meditada e intercambio de grupo (20 min)
1. Canto de invocación al Espíritu Santo. Pueden utilizar Cánción al Espíritu Santo que se encuentra en la sección Otros videos.
2. Rezar en forma meditada el Cántico al Terruño, estrofas 600-605 del Hacia el Padre. El texto se encuentra en la sección Documentos para descargar y también al final de esta página.
3. Cada miembro del grupo reza detenidamente una estrofa. Dejar unos minutos de silencio. Cada uno puede repetir uno o dos versos (¡no estrofas!) en voz alta sin comentarlos.
3. Terminar con un canto de alabanza o música suave. Pueden utilizar la propuesta que se encuentra en la sección Otros videos.
4. Cada miembro cuenta en unas pocas palabras su experiencia con la oración. ¿Qué surgió en mí al rezarla?
Escuchemos las palabras del P. Kentenich (Lectura en Grupo - 10 min)
“Les aconsejo que lo recen a menudo (al Cántico al Terruño). Notarán que en él hay palabras que encierran todo un mundo”.
(Nueva Helvecia 19/8/47)
“Yo no sé si ustedes ya conocen el Cántico al Terruño, pero si lo quieren comprender en su totalidad tendrán que conocer dónde y cuándo nació. Se redactó en una época importante, en tiempos peligrosos; cuando en el campo de concentración reinaba la peste. Este fue el segundo escrito que envié ilegalmente desde Dachau. La situación en aquel entonces era sombría, oscura, también en lo que se refería a la vivienda. Y, en esas circunstancias compuso el Cántico al Terruño. Allí están expresado los ideales más altos, en cuya posesión — o en cuya lucha y aspiración por tal posesión — constantemente los he visto a ustedes ante mí. En realidad, yo no viví en la suciedad del campo de concentración sino en ustedes y con ustedes. Por eso si apenas rocé el campo con la punta de los pies…”.
(Nueva Helvecia 1 3/5/47)
“Nosotros no podríamos alcanzar nunca esa tierra maravillosa, aunque nos esforzásemos no sé cuánto para lograrlo. Si la Madre de Dios no estuviese detrás, portando el cetro, eso jamás sería posible”.
(Nueva Helvecia 13/5/47)
“Volveré a explicarles el contenido que la palabra Schoenstatt encierra para mí. Supone una interpretación más integral. Schoenstatt no es solo un lugar físico del cual hemos partido – allá junto al Rin –; Schoenstatt es también el pequeño lugar en el que nos encontramos ahora. Esto también es Schoenstatt; pero Schoenstatt además de ser un lugar de gracias, para nosotros también es la síntesis de los más altos ideales. Esta es la totalidad del concepto. Es lo que se expresa en el estribillo del Cántico al Terruño de una forma tan íntima y cargada de sentido: ¡Es mi Terruño, es mi tierra de Schoenstatt! Es la tierra donde todos los ideales están realizados en su forma más plena. Es un concepto equivalente al del cielo: el cielo es la síntesis de todos los ideales. Esta es la interpretación integral de la expresión Schoenstatt; recién al ser vista así, adquiere su pleno contenido”.
(Nueva Helvecia 13/5/47)
Análisis de la Oración (25 min)
Metodología
1. Queremos sumergirnos y dejarnos traspasar por el ser y la misión de nuestro Padre: "Padre, aquí estoy. Tu misión, mi misión". Ofrecemos algunos textos que pretenden ayudarnos en esta tarea. Si nos dedicamos con fuerza y energía, será posible que el Padre se haga presente y vital en cada uno de sus hijos.
2. Cada miembro del grupo o pareja, lee en silencio los textos escogidos a continuación y subraya una (1) frase que le haya llamado la atención. Como los textos escogidos para este taller son más largos, pero de una gran riqueza y profundidad, cada miembro puede elegir un aspecto de la oración para leer, por ej. una tierra de amor (15 min).
3. A continuación, cada uno comparte muy brevemente lo que subrayó. (10 min).
Análisis de la oración
UNA TIERRA DE AMOR: ¿Conoces aquella tierra cálida y familiar?
El Padre Fundador nos pinta en la primera estrofa la visión de una tierra donde se experimenta plenamente el amor de Dios y el amor humano enaltecido por ese amor divino: un amor que no se apropia del otro, sino que lo acepta incondicionalmente, incluso a fuerza de sacrificios. No se habla de sentimentalismos ni ensoñaciones. Es un amor que cobija, un amor que siempre de nuevo apunta hacia el fin último: el corazón de Dios. En la fuerza de Dios, es un amor que se derrama abundantemente en fuentes de amor, un amor apostólico que quiere saciar la sed de amor que padece el mundo.
Escuchamos al Padre:
“El término cálido se contrapone a frío… Un reino de amor que luego veremos cómo se concretiza. Pero familiar, familiar, ¿cómo podría explicarlo? Es un ordenado vivir uno dentro del otro, un ir uno con el otro. Traten de encontrar ustedes mismos otras expresiones. […] Me gustaría saber qué entienden ustedes por familiar, si entienden por ello una relación ordenada, de paz y felicidad. Pero ¿dónde se halla la razón última para hablar de cálido y acogedor? Todo lo que hacemos en la Familia tiene su fundamento, su última causa, en lo sobrenatural. ¿Qué significa esto? Que detrás de todo está Dios”.
(Nueva Helvecia, 19/8/47)
“Si me preguntan cómo se concretiza lo cálido y lo familiar, les respondería: donde corazones nobles laten en la intimidad, y con alegres sacrificios se sobrellevan. El cántico encierra en sí el cariño, el amor, el sentirse cómodos los hombres entre sí; entre padres e hijos. La palabra familiar encierra aún más, por ello está contenido en el texto.
Donde vive una familia pacífica no hay resistencia y, con el tiempo, la casa misma estará impregnada de ese ambiente de paz. No solamente la apacible intimidad de las personas en su trato mutuo sino también toda la instalación de la casa – las piezas, todo – habrá de resultar acogedor, hogareño”.
(Nueva Helvecia, 19/8/47)
“¿Qué es intimidad? Todos nosotros poseemos corazones nobles. Examinemos cada palabra. Donde corazones nobles laten en la intimidad. ¿Qué es intimidad? Es un término que se contrapone a la dureza y la pasión fría (sin alma), a la pasión en el mal sentido de la palabra. Mientras seamos personas cargadas con las consecuencias del pecado original y vivamos en familia, siempre sufriremos por nuestros límites y estructuras personales. […] Por eso un amor sin sufrimiento solo es posible en la visión beatífica, en el cielo.
Aquí el amor siempre habrá de ser un amor fuerte en el sacrificio, un amor capaz de sobrellevar”.
(Nueva Helvecia, 12/5/47)
“Les conté que en Dachau descubrí que nuestra felicidad eterna no consistiría solamente en vivir uno en el otro, Dios y yo, sino también unos en los otros, entre nosotros.
Pienso que las penas del infierno consistirán en que allí no habrá el existir el uno en el otro sino el uno contra el otro”.
(Nueva Helvecia, 13/5/47)
“Donde, cobijándose unos a otros, arden y fluyen hacia el corazón de Dios. ¿Se han dado cuenta que en esta estrofa se canta al amor fraterno? No le canta al amor a Dios de modo directo o explícito sino al amor al prójimo como expresión del amor a Dios. Donde corazones nobles laten en la intimidad y con alegres sacrificios se sobrellevan. Aquí tenemos una de nuestras más hermosas ideas predilectas: nos amamos, pero sabiendo que todo el amor que nos reglamos los unos a los otros es expresión del amor a Dios.
Donde, cobijándose unos a otros, arden… No conocemos ningún tipo de amor que nos regalemos en forma noble – trátese del amor de amistad, del amor filial o maternal – que, en el fondo, no fluya con fuerza hacia el corazón del Amor eterno. Es por eso por lo que la palabra Alianza de Amor posee para nosotros un contenido tan pleno. No hemos sellado una Alianza de Amor sólo con el Dios Trino y con la Santísima Virgen, sino también entre nosotros… Tenemos que mostrar lo que significa tal Alianza de Amor.
El paganismo considera un milagro que haya personas que se amen mutuamente con un amor fuerte en el sacrificio, con un amor sincero. Escúchenlo una vez más: ¿Conoces aquella tierra cálida familiar… donde corazones nobles laten en la intimidad y con alegres sacrificios se sobrellevan? ¿Será que ahora comprendemos mejor todas estas palabras?
¡Accipe Virgam! ¡Acepta, Virgen, el cetro del amor, del amor a Dios, pero también de un amor al prójimo rico en sacrificios, cobijador, que soporta y sobrelleva!”
(Nueva Helvecia, 1 3/5/47)
La respuesta que da el P. Kentenich a las seis preguntas es siempre la misma: ¡No es un sueño, una utopía! Él da un testimonio muy personal: Yo conozco esa maravillosa tierra… ¡es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt! Ese testimonio nos invita a conocer hondamente ese terruño, apropiarnos de él, hacerlo nuestro, para poder expresar cada vez más la misma convicción.
No es una tierra construida en primer lugar por manos humanas: esa maravillosa tierra también se puede traducir por "esa tierra del milagro" (de Dios). Es una tierra que nace exclusivamente por iniciativa divina. Crece por colaboración humana, por todos los dones de amor que aportamos nosotros; y se hace plena en el reinado de la MTA, manifestando su gloria y regalando una fecundidad ilimitada.
El Tabor prácticamente responde a la pregunta de la Primera Acta de Fundación: “¿Acaso no sería posible que la Capillita de nuestra Congregación al mismo tiempo llegue a ser nuestro Tabor, donde se manifieste la gloria de María?” Así vuelve a confirmar la convicción de la Segunda Acta de Fundación: “La Stma. Virgen ha establecido aquí su trono de gracias de modo especial, y desde acá ha manifestado en muchas formas su gloria al mundo entero”.
UNA TIERRA DE PUREZA: ¿Conoces aquella tierra abundante y pura?
En la segunda estrofa el Padre Fundador pregunta por la tierra de la pureza, la tierra abundante y pura. La pureza siempre ha sido para él un alto ideal y valor importante, tanto en la vocación matrimonial como en la consagrada. Pureza tiene que ver con nobleza y fortaleza, tiene que ver con una relación profunda y cordial con el Cordero de Dios. Se puede decir que esta segunda estrofa habla especialmente de la vocación virginal de consagración plena y exclusiva a Dios: mujeres y varones que se entregan totalmente a Cristo y que, en la fuerza de esa entrega, sirven a las personas, irradiando calor y aliviando dolores, siempre en espíritu y atmósfera de oración. Pero no hemos de olvidar que todos, cada uno según su propia vocación, estamos llamados a vivir esa misma atmósfera y entrega.
Escuchamos al Padre:
“En los primeros versos se nombra una nueva característica: ¿Conoces aquella tierra abundante y pura…? La abundancia, la inapreciable riqueza que poseemos, nos es dada por la pureza. Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios (Mateo 5,8). La pureza encierra una gran riqueza, en primer lugar, porque protege la integridad, pero también porque presupone la victoria del espíritu sobre todos los instintos”.
(Nueva Helvecia, 20/8/47)
“¿Qué es la belleza? Vuelvan a meditar el texto. La belleza es el resplandor que emana del orden querido por Dios. ¿No es hermosa el alma pura, aun cuando tenga muchas cicatrices? Los ojos reflejan la belleza del alma y el alma pura es siempre bella porque se va introduciendo cada vez más en el orden querido por Dios. Así los he visto siempre ante mí. Yo vivo en el mundo de estos ideales esta es mi patria”.
(Nueva Helvecia, 20/8/47)
“Yo conozco esa maravillosa tierra… Es decir, esa tierra donde florece una pureza singular. Esa es mi tierra de Schoenstatt. El cristianismo es una religión alegre y si Schoenstatt aspira a ser corazón del cristianismo entonces la tierra de Schoenstatt debe ser similar al paraíso. Si la Santísima Virgen toma en serio nuestra Alianza de Amor, entonces deberá regalarnos corazones que conserven la pureza y la virginidad en medio del pantano y de la suciedad que nos rodea”.
(Nueva Helvecia, 12/5/47)
UNA TIERRA DE LIBERTAD: ¿Conoces aquella tierra, imagen fiel del cielo, ese reino de libertad?
La tercera estrofa habla de uno de los valores más centrales desde los mismos orígenes de Schoenstatt: la libertad. En un retiro del año 1946, el Padre Fundador le da a toda la historia de Schoenstatt el nombre de "Lucha por la verdadera libertad", la que define como liberarnos de todo lo no divino y antidivino, para llegar a ser libres para todo lo de Dios. La libertad es plena recién cuando no pregunta solamente por lo debido, por lo "mínimo indispensable", sino que cultiva la magnanimidad, la nobleza, la generosidad en escuchar y responder a los menores deseos de Dios.
Escuchamos al Padre:
“¿Conoces aquella tierra, imagen fiel del cielo, ese reino de libertad tan ardientemente anhelado? ¿A qué se refiere esta cita? Al correcto uso de la libertad. Donde la inclinación a lo bajo es vencida por la magnanimidad y la nobleza. Naturalmente, el ejercicio de la capacidad de decisión constituye una obra maestra de la voluntad y del corazón. Supone que uno siempre tenga que volver a decirse: lo hago, aunque se rían de mí. El heroísmo exige muchas veces el salto mortal del corazón, del entendimiento y de la voluntad.
(Villa Ballester, 13/3/49)
“Nos damos cuenta de que la palabra libertad puede tener distintas interpretaciones. ¿A qué libertad nos referimos nosotros? Se habla de libertad política. ¿Nos referimos a ella? También se habla de libertad social. ¿Qué se entiende bajo este nombre? El derecho a la libertad de las clases que aún están esclavizadas. Hay libertad económica, religiosa… ¿A qué libertad nos referimos nosotros? ¿Comprenden qué es lo que nosotros consideramos auténtica libertad? A estar completamente libres de todo lo antidivino y de lo no divino, a fin de estar libres para Dios”.
(Villa Ballester, 16/11/49)
UNA TIERRA DE ALEGRÍA.: ¿Conoces aquella tierra transida de alegría…?
Consecuencia directa del amor es la alegría, tema de la cuarta estrofa. La alegría es, según la definición filosófica, el "reposo en un bien", en este caso en los bienes eternos. Causa de nuestra felicidad es sabernos amados, "regaloneados" por Dios. No solamente por sus dones supernaturales, sino que en todo lo que nos pasa. En cada pequeña alegría del día a día, podemos descubrir la mano providente del Padre Misericordioso. Sólo la convicción de sabernos amados por Dios puede hacernos descubrir fuentes de alegría incluso en las cruces, dificultades y dolores que inevitablemente forman parte de nuestra vida: “el amor, como una vara mágica, transforma con prontitud la tristeza en alegría”. ¡Todo un desafío!
Escuchamos al Padre:
“Creo que tendría que repetir una vez más: Yo conozco esa maravillosa tierra. Esa tierra que se gesta cuando una persona logra cultivar la alegría espiritual como posesión permanente y no sólo cuando posee alegría exterior; esa que lleva a saltar por encima de mesas y bancos o la alegría que le puede producir un hecho sensible; se trata de la alegría espiritual, interior, esa que conlleva la capacidad de irrumpir constantemente en todas las situaciones, y que tiene el efecto de convertirnos, en todas partes, en pequeños soles”.
UNA TIERRA DE VERACIDAD: ¿Conoces aquella tierra, ciudad de Dios…?
La quinta estrofa quizás es la más cara a todos los que vibramos con el ideal de la Nación de Dios en el corazón de América. El original alemán habla precisamente de la Nación de Dios (no de la ciudad de Dios, como reza la traducción castellana, seguramente inspirada en San Agustín). El P. Kentenich toma de San Agustín esa noción de una nación que está fundamentada en Dios, y vive los valores centrales de la verdad (contra toda mentira, distorsión, falsedad) y la justicia (contra toda injusticia, privilegios, manoseos). El tercer pilar de la Nación de Dios es el amor, que une los corazones y los espíritus, sin el cual verdad y justicia pueden llegar a ser crueles e inhumanas.
Escuchamos al Padre:
“El ideal de la Familia aparece de forma sumamente abstracta y objetiva en la quinta estrofa: ¿Conoces aquella tierra, ciudad de Dios… donde reina la veracidad, y la verdad domina todo y sobre todo triunfa? Aquí tienen que ver la veracidad en el sentido de la personalidad y del carácter de la comunidad; las excelsas verdades del Dios Trino. Es algo muy hermoso que en nuestra Familia demos interiormente grandes pasos partiendo desde cualquier punto…
Si aspiramos a ser personalidades perfectas, así como lo exige de nosotros la Santificación de la vida diaria, necesitamos al Espíritu Santo. Lo necesitamos además si aspiramos a la unidad de la Familia total”.
(Nueva Helvecia, 23/5/47)
UNA TIERRA DE VICTORIOSIDAD: ¿Conoces aquella tierra preparada para el combate…?
Después de hablar de una tierra del amor, de la pureza, de la libertad y del amor, puede parecer extraño que la sexta estrofa hable de una tierra preparada para el combate y de batallas. En el contexto de la Piedad instrumental mariana podemos descubrir que Dios nos desafía a luchar en todas partes por su Reino, nos quiere regalar la gracia del envío apostólico universal, en todos los ámbitos imaginables. Es muy característico del P. Kentenich la plena confianza en Dios y en su victoria final: acostumbrada a vencer en todas las batallas, no por fuerzas humanas, sino siempre como instrumentos suyos. Hemos de vivir la entrega instrumental a Dios en los pequeños y grandes acontecimientos de cada día, ofreciendo fielmente nuestro capital de gracias. A veces Dios puede llegar a pedir una entrega radical y heroica: la sangre y la vida. No habla solamente de José Engling y otros, también habla de nuestras piedras vivas paraguayas, y muy especialmente ¡habla de cada uno de nosotros!
Escuchamos al Padre:
“¿Conoces aquella tierra preparada para el combate, acostumbrada a vencer en todas las batallas…? Les recuerdo que en el reino de Schoenstatt todos han confiado en forma heroica. Ustedes recién comprenderán lo que significa la palabra heroico cuando se les hayan hecho pedazos todos los apoyos humanos; recién ahí se probará, por la vida, la confianza heroica.
(Nueva Helvecia, 14/5/47)
“Solo una cosa es necesaria: Hacer siempre lo que le da alegría al Padre. Y no debemos descansar hasta poder decir: la obra que tú me encomendaste, esa la he cumplido (Cf. Hebreos 10, 7). Esta obra es la que he cumplido concentrando en ella todas mis fuerzas y desprendiéndome de todo aquello que era contrario a su consecución”.
“Si ahora me preguntasen si siento alegría les diría: ¡una alegría inmensa! Y si me preguntasen si estoy contento tendría que responderles: ¡especialmente contento! Recen para que Dios triunfe… que bendiga mi actividad… y así después, pueda decir: los países latinoamericanos están preparados, el demonio puede atacar, el ejército está firme. Sí, todos ustedes obtendrán la victoria”.
(Nueva Helvecia, 22/6/47)
Intercambio en grupo (20 min)
Cada miembro responde con su corazón abierto a las siguientes preguntas, cuidando de respetar estas pautas:
• El que habla debe hacerlo con el corazón, pero cuidar el tiempo (no hablar demasiado largo, de tal modo que todos participen). Se sugiere no hablar más de I minuto por persona.
• Los miembros del grupo deberán escuchar al que habla en silencio y con respeto, sin juzgar, si emitir comentarios, sin interpretar y sin dar o pedir explicaciones. Se trata de escuchar a mi hermano de grupo simplemente con el corazón.
1. Considerando el tiempo actual que estoy viviendo: ¿qué me dice el texto de la oración?
2. Dios, en la oración, me habla a través del Padre: ¿cómo le respondo?
Propósito (10 min)
Para conquistar el Hacia el Padre como instrumento de oración y reflexión diaria, matrimonial, familiar y comunitariamente, sugerimos rezar el Cántico al Terruño en forma personal, matrimonial, y/o familiar.
También se sugiere elegir un valor a ser vivido en forma personal o comunitaria en el mes y concretarlo con un comportamiento que evidencie ese valor.
Se podrán definir otros propósitos según los deseos personales o del grupo.
Oración Final (15 min)
1. En el Santuario Hogar volver a rezar en forma meditada la estrofa del Cántico al Terruño que más les llegó como grupo.
2. Para concluir le pedimos al Padre su bendición:
Padre, nuestro corazón en tu corazón,
Nuestro pensamiento en tu pensamiento,
Nuestra mano en tu mano,
Tu misión nuestra misión
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
CÁNTICO AL TERRUÑO
600¿Conoces aquella tierra cálida y familiar
que el Amor eterno se ha preparado:
donde corazones nobles laten en la intimidad
y con alegres sacrificios se sobrellevan;
donde, cobijándose unos a otros,
arden y fluyen
hacia el corazón de Dios;
donde con ímpetu brotan fuentes de amor
para saciar la sed de amor que padece el mundo?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
601¿Conoces aquella tierra abundante y pura,
reflejo de la Belleza eterna:
donde las almas nobles y fuertes
se desposan con el Cordero de Dios;
donde ojos transparentes irradian calor
y manos bondadosas alivian los dolores;
donde esas manos sin mancha
continuamente se juntan en oración
para conjurar los poderes demoníacos?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
602¿Conoces aquella tierra, imagen fiel del cielo,
ese reino de libertad
tan ardientemente anhelado:
donde la inclinación a lo bajo
es vencida por la magnanimidad y la nobleza;
donde los menores deseos de Dios comprometen
y reciben alegres decisiones por repuesta;
donde, según la ley fundamental de amor,
la generosidad siempre se impone victoriosa?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
603¿Conoces aquella tierra transida de alegría,
porque en ella el Sol
nunca tiene ocaso:
donde los corazones viven en el reposo
por la posesión de los bienes eternos;
donde los abundantes dones de Dios
reconfortan el corazón y la voluntad;
donde el amor, como una vara mágica,
transforma con prontitud la tristeza en alegría?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
604¿Conoces aquella tierra, ciudad de Dios,
que el Señor se ha construido:
donde reina la veracidad,
y la verdad domina todo y sobre todo triunfa;
donde las santas normas de la justicia
determinan lo que se hace y lo que se evita;
donde el amor une
los corazones y los espíritus,
y el Señor y Maestro empuña el cetro?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
605¿Conoces aquella tierra preparada para el combate,
acostumbrada a vencer en todas las batallas:
donde Dios se desposa con los débiles
y los escoge por instrumentos;
donde, no fiándose
de las propias fuerzas,
todos confían heroicamente en El
y están dispuestos a entregar por amor,
con júbilo, la sangre y la vida?
Yo conozco esa maravillosa tierra:
es la pradera asoleada
con los resplandores del Tabor,
donde reina nuestra Señora tres veces Admirable
en la porción de sus hijos escogidos,
donde retribuye fielmente los dones de amor
manifestando su gloria
y regalando una fecundidad ilimitada.
¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!